TDAH (Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad)

El trastorno

   El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no es una enfermedad, es un trastorno del neurodesarrollo. El niño o adolescente manifiesta síntomas como dificultad para concentrarse, intranquilidad, nerviosismo, necesidad de estarse moviendo constantemente y una alteración del control de impulsos.

    Éste es uno de los trastornos de inicio en la infancia más frecuentes. Sus principales síntomas (déficit atencional, hiperactividad o excesiva actividad motora e impulsividad) dificultan la adaptación del niño, pudiendo dar lugar al desarrollo de problemas secundarios, como problemas de comportamiento.

 

Orígenes

        La primera descripción científica del Trastorno por Déficit con o sin Hiperactividad (TDAH) la realiza el Doctor Still en un artículo publicado en la revista Lancet en el año 1901, en el describía una serie de niños que presentaban exceso de actividad motora y muy escaso control de impulsos. Desde entonces hasta la actualidad, ha existido muchísima controversia con respecto al cuadro clínico del TDAH. 

           El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-6, publicado en 2020, recoge este trastorno dentro de su capítulo destinado a los trastornos de la infancia, niñez y adolescencia. El DSM-6 separa el TDAH de los trastornos de conducta perturbadora (trastorno negativista desafiante y trastorno disocial) y crea un grupo centrado en el TDAH dentro de los trastornos del neurodesarrollo.

¿A qué edad se puede detectar?

     El trastorno suele iniciarse de forma temprana, a veces incluso antes de los cinco años, aunque puede ser difícil detectarlo a esta edad dado que hay pocas situaciones tan controladas como la escuela, y el diagnóstico se efectúa cuando la adaptación escolar resulta afectada, normalmente al comenzar primaria.

Tipologías

Tiene tres subtipos, según la sintomatología:

  • La predominante con falta de atención,
  • La predominante de hiperactividad (movimiento) e impulsiva.
  • El tipo combinado de impulsividad, problema de atención e hiperactividad.

Síntomas característicos del TDAH

     Las dificultades atencionales, la hiperactividad e impulsividad constituyen las características básicas de este trastorno. La inatención es un fenómeno que implica diferentes consecuencias:

  • dificultades para resistirse a la distracción
  • dificultades para atender selectivamente a estímulos específicos
  • dificultades para explorar estímulos complejos de modo planeado y eficiente.

      Es muy frecuente que la persona con TDAH presente dificultades en el rendimiento escolar y dificultades para la adquisición de los aprendizajes académicos, ya que la atención es el paso previo a la memorización.

     A causa de esta inatención es frecuente que las personas con TDAH presenten algunas de las siguientes conductas:

  • Dificultad para mantener la atención en clase.
  • Pasan por alto detalles que no le dejan hacer el trabajo con precisión.
  • Parecen no escuchar cuando se les habla directamente como si tuvieran la mente en otras cosas.
  • Dificultad para organizar tareas y actividades.
  • Inician tareas, pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad.
  • Pierden cosas necesarias para las tareas o actividades, como pueden ser los materiales, libros, gafas, etc.
  • Se distraen con facilidad por estímulos externos.
  • Olvidan cosas cotidianas como devolver llamadas, acudir a citas, no realizar las tareas.

     La hiperactividad e impulsividad se manifiesta a través de dos hechos principalmente: el primero de ellos es que el niño se muestra incapaz de aplazar las gratificaciones y el segundo es que no tiene en cuenta las consecuencias posibles de sus actos. Como consecuencia, a menudo las personas con TDAH manifiestan algunas de las siguientes conductas:

  • Juguetea con manos o pies en su asiento.
  • Se levanta en situaciones en las que se espera que permanezca sentado como puede ser la clase, la oficina, etc.
  • Corretea o trepa en situaciones en las que no es apropiado.
  • Se sientan incómodos estando quietos durante un tiempo prolongado.
  • Les es difícil esperar su turno en la cola, respetar su turno en la conversación.
  • Interrumpen o se inmiscuyen con otros, metiéndose en sus conversaciones, actividades.

   Estas alteraciones en el comportamiento hacen que estos niños sean considerados inmaduros y maleducados en muchas ocasiones. Incluso pueden ser continuamente rechazados por el grupo de iguales y adultos. Esto provoca consecuencias negativas en la identidad y autoimagen. El niño hiperactivo tiende a arrastrar una historia de fracaso escolar, social, familiar e incluso físico deportivo en algunos casos, dado que a veces el cuadro se acompaña de cierta torpeza motora, lo que unido a la dificultad para seguir las normas les lleva también al fracaso en los deportes de equipo (Navarro, 2014).

     Anteriormente se pensaba que los niños superaban el TDAH. Ahora sabemos que el trastorno no desaparece, sino que migran los síntomas, disminuyendo la hiperactividad y la impulsividad, pero la inatención se mantiene y persiste a lo largo del tiempo. “Los síntomas del TDAH cambian a lo largo de la vida” Barkley, 2005.

     A causa de esta inatención es frecuente que las personas con TDAH presenten algunas de las siguientes conductas:

  • Dificultad para mantener la atención en clase.
  • Pasan por alto detalles que no le dejan hacer el trabajo con precisión.
  • Parecen no escuchar cuando se les habla directamente como si tuvieran la mente en otras cosas.
  • Dificultad para organizar tareas y actividades.
  • Inician tareas, pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad.
  • Pierden cosas necesarias para las tareas o actividades, como pueden ser los materiales, libros, gafas, etc.
  • Se distraen con facilidad por estímulos externos.
  • Olvidan cosas cotidianas como devolver llamadas, acudir a citas, no realizar las tareas.

     La hiperactividad e impulsividad se manifiesta a través de dos hechos principalmente: el primero de ellos es que el niño se muestra incapaz de aplazar las gratificaciones y el segundo es que no tiene en cuenta las consecuencias posibles de sus actos. Como consecuencia, a menudo las personas con TDAH manifiestan algunas de las siguientes conductas:

  • Juguetea con manos o pies en su asiento.
  • Se levanta en situaciones en las que se espera que permanezca sentado como puede ser la clase, la oficina, etc.
  • Corretea o trepa en situaciones en las que no es apropiado.
  • Se sientan incómodos estando quietos durante un tiempo prolongado.
  • Les es difícil esperar su turno en la cola, respetar su turno en la conversación.
  • Interrumpen o se inmiscuyen con otros, metiéndose en sus conversaciones, actividades.

   Estas alteraciones en el comportamiento hacen que estos niños sean considerados inmaduros y maleducados en muchas ocasiones. Incluso pueden ser continuamente rechazados por el grupo de iguales y adultos. Esto provoca consecuencias negativas en la identidad y autoimagen. El niño hiperactivo tiende a arrastrar una historia de fracaso escolar, social, familiar e incluso físico deportivo en algunos casos, dado que a veces el cuadro se acompaña de cierta torpeza motora, lo que unido a la dificultad para seguir las normas les lleva también al fracaso en los deportes de equipo (Navarro, 2014).

     Anteriormente se pensaba que los niños superaban el TDAH. Ahora sabemos que el trastorno no desaparece, sino que migran los síntomas, disminuyendo la hiperactividad y la impulsividad, pero la inatención se mantiene y persiste a lo largo del tiempo. “Los síntomas del TDAH cambian a lo largo de la vida” Barkley, 2005.

BIBLIOGRAFÍA

• Giménez-García, L. (2014) Tratamiento cognitivo-conductual de problemas de conducta en un caso de trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes Vol. 1. Nº 1, pp 79-88.
• American Psychiatric Association (APA). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5th ed.). Washington, DC. 2013.
• Navarro Sánchez, A. (2014). Psicología de la Salud en población infanto juvenil: evaluación y diagnóstico. Valencia: Universidad Internacional de Valencia.